("Mira donde estoy" Marzo-mayo 2008, colectiva "Ellos me miran", Sala Gasco de Arte Contemporáneo, Santiago de Chile - Texto y curatoría de Catalina Mena)
Más allá de la reinterpretación simbólica y estética de un fenómeno social, se habla de conflictos de ser y no querer ser, que superan toda contingencia. De este modo, se vuelve al origen de la fotografía, como conjuro contra la muerte y como rescate de un tiempo siempre fugaz. Si la fotografía está obsesionada con el tiempo y la caducidad, quiere decir que es un arte del viaje. Por ello, todo fotógrafo es un inmigrante.
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